jueves, 11 de junio de 2015

Tú.

    Sinceramente, a veces me gustaría poder decir todo lo que siento, gritarle al mundo que eres tú, y que no hay nada más, pero el miedo me tapa la boca cada vez que estoy a punto de hacerlo. Querría describirte de arriba a abajo, como una poesía, pero no se te puede comparar con nada, todo lo superas. Si me preguntaran, no sabría decir de qué color son tus ojos, porque en ellos sólo veo paraíso, paraíso del que me gustaría formar parte, y es que por ti mordería la manzana una y otra vez, me caería y seguiría levantándome sólo por verte sonreír. Ay, y qué decir de esa sonrisa, cuando te ríes conmigo, o de mi, pero entonces nada importa porque sonríes, y creo que es lo más bonito que he visto jamás.
   Me gustaría que el tiempo no pasara, que se quedase como está ahora, porque siento que esto se va, y quiero irme, pero contigo. Paras mi tiempo solo con mirarme, los segundos se pasan lento, como si tuvieras la capacidad de congelarme con la mirada. Aunque ahora entiendo, a eso se debe el escalofrío que recorre mi columna vertebral... Es la forma que tienes de picarme, de sonreír cuando lo consigues, y entonces te muerdes el labio, y desearía ser yo quien lo hiciera.
   Me arrepiento de haberme dado cuenta tan tarde de lo que me sucedía por dentro cuando te veía... Ojalá poder retroceder en el tiempo... 


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