viernes, 12 de junio de 2015

Tú (II)

   Vienes a mi, cuando más lo necesito,  cuando más frío estoy sintiendo y más oscuridad hay sobre mi cabeza. Es todo tan raro, no entiendo lo que quieres decirme a cada señal, con cada gesto... Sé que sufiriría muchísimo antes de tomar la decisión de guardar distancia,  es que es de las pocas cosas que de verdad me importan, verte sonreír, y ver cómo vienes hacia mi, cómo levantas la vista y ahí estoy yo, con cara de gilipollas mirándote pasar... Y ya no sé qué es lo que más me duele, el tener que pasar contigo cada día o el saber que en nada voy a perderte de vista...
   No puedo más, no puedo hacer nada, no puedo decirte que te quiero como una tonta, que eres tan importante para mí que haría cualquier cosa, creo que sobra decirlo, aquí me ves, escribiendo con lágrimas en los ojos y sintiéndome conforme de que tu estés sonriendo... No sé qué hacer, ni qué decir, ni siquiera como actuar, ¿por qué tienes que ser tan perfecto?
   Te quiero, como nunca he querido a nadie, y como jamás querré, y no encuentro el momento ni la forma de decirlo... Pero lo diré, prometo que lo diré, llegará el momento en el que no aguante más y así de buenas a primeras lo soltaré, y ya no tendré miedo de quedar como una gilipollas, porque ya habré dicho toda la verdad y todo lo que siento por ti....
   Te quiero tantísimo....

jueves, 11 de junio de 2015

Tú.

    Sinceramente, a veces me gustaría poder decir todo lo que siento, gritarle al mundo que eres tú, y que no hay nada más, pero el miedo me tapa la boca cada vez que estoy a punto de hacerlo. Querría describirte de arriba a abajo, como una poesía, pero no se te puede comparar con nada, todo lo superas. Si me preguntaran, no sabría decir de qué color son tus ojos, porque en ellos sólo veo paraíso, paraíso del que me gustaría formar parte, y es que por ti mordería la manzana una y otra vez, me caería y seguiría levantándome sólo por verte sonreír. Ay, y qué decir de esa sonrisa, cuando te ríes conmigo, o de mi, pero entonces nada importa porque sonríes, y creo que es lo más bonito que he visto jamás.
   Me gustaría que el tiempo no pasara, que se quedase como está ahora, porque siento que esto se va, y quiero irme, pero contigo. Paras mi tiempo solo con mirarme, los segundos se pasan lento, como si tuvieras la capacidad de congelarme con la mirada. Aunque ahora entiendo, a eso se debe el escalofrío que recorre mi columna vertebral... Es la forma que tienes de picarme, de sonreír cuando lo consigues, y entonces te muerdes el labio, y desearía ser yo quien lo hiciera.
   Me arrepiento de haberme dado cuenta tan tarde de lo que me sucedía por dentro cuando te veía... Ojalá poder retroceder en el tiempo...